ser feliz como gestionar las emociones

Consejos para ser feliz: cómo gestionar tus emociones según Marian Rojas

La duración de nuestra vida está asegurada si somos felices. Tal como señala el Dr. Daniel G. Amén, el cerebro es la herramienta esencial de nuestro ser. Su rendimiento influye directamente en nuestro nivel de felicidad, en la calidad de nuestros sentimientos y en nuestra interacción con los demás.

La felicidad depende del control de las emociones

¿Cuándo una persona se detiene a reflexionar sobre las causas que le impiden sentirse satisfecha con su vida o alcanzar sus metas, encuentra que el mayor obstáculo no viene de fuera, sino de dentro? Los demás y el entorno pueden tener influencia sobre nuestro bienestar, pero no son determinantes a la hora de superar una crisis o lograr la felicidad y la autorrealización.

Las emociones actúan como las velas de un barco, impulsándonos hacia nuestro destino a mayor velocidad si están en su lugar y en buen estado. Por tanto, si buscamos ser felices, debemos analizar cuidadosamente nuestras emociones y determinar si nos están ayudando o perjudicando en nuestro camino.

En sus inicios, la Psicología se enfocaba en el estudio de la inteligencia a través de habilidades lingüísticas y matemáticas. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha demostrado que estos conocimientos no son suficientes para medir nuestro desarrollo intelectual. Una de las inteligencias más importantes que se ha incorporado es la emocional, esencial para relacionarnos con los demás y con nosotros mismos y fortalecernos en el proceso.

Domando Sentimientos en el Ambiente Laboral

El autocontrol emocional en el ámbito laboral:

Tras haber abordado el tema anteriormente, es importante destacar otro ámbito fundamental en la gestión de nuestras emociones: el entorno laboral. El trabajo es una preocupación común y ocupa gran parte de nuestras jornadas, lo cual implica interacciones con colegas, cumplimiento de órdenes, trabajo en equipo y resolución de problemas. Por lo tanto, es esencial tener un buen manejo emocional para evitar emociones negativas que puedan dar lugar a comportamientos inapropiados y conflictos en nuestras relaciones laborales.



Técnicas para controlar nuestras emociones en el trabajo:

Existen diversas técnicas que nos pueden ayudar a controlar nuestras emociones y cambiar nuestra perspectiva ante situaciones laborales. Entre ellas, destacan estas tres:



1. Respiración diafragmática:

Este método altamente recomendado es una técnica de relajación respaldada por estudios científicos, que nos permite disminuir nuestro nivel de activación a lo largo del día. Al reducir la tensión acumulada, disminuyen las posibilidades de sentir frustración, nerviosismo o ira en el entorno laboral.



2. Identificar y cuestionar tus pensamientos:

Otro método esencial es prestar atención a nuestros pensamientos y cuestionar aquellos que nos generan emociones negativas. Al analizarlos y cambiar nuestra forma de interpretar los hechos, podemos evitar reacciones descontroladas.



3. Practicar la empatía y la calma:

Por último, es fundamental ser empáticos con nuestros compañeros y mantener la calma ante situaciones de estrés. Al entender las perspectivas y emociones de los demás, podemos evitar conflictos y mejorar nuestras relaciones laborales. Además, la calma nos permite tomar decisiones más racionales y efectivas en el trabajo.

Emociones y autoestima

En la siguiente fase, el individuo entra en contacto con su percepción de capacidad para enfrentar una demanda o situación.
En este punto, la confianza en sí mismo y la autoestima son cruciales. Si el individuo se siente capaz de dar una respuesta adecuada, probablemente permanecerá tranquilo. Sin embargo, si duda de su capacidad, puede interpretar la situación como amenazante y experimentar angustia o nerviosismo.
Es esencial aprender a reconocer nuestras emociones para ser capaces de responder de manera adaptativa y adecuada a las situaciones que enfrentamos. Si no lo hacemos, podemos experimentar malestar y angustia. No saber qué nos está sucediendo o por qué actuamos de cierta manera puede ser incómodo y una de las tareas más comunes en terapia es ayudar a las personas a identificar y comprender sus emociones.
Reconocer una emoción es el primer paso para aprender a manejarla de manera efectiva. Es crucial aprender a identificar nuestras emociones para poder abordarlas de manera saludable en el futuro.

Cómo gestionar emociones negativas

Se produce una estrecha y continua relación entre pensamientos, emociones y acciones o conductas. Las emociones influyen en nuestros pensamientos y nuestras acciones, y a su vez, los pensamientos también influyen en la forma en la que experimentamos nuestras emociones y en nuestras acciones. Incluso nuestras acciones tienen repercusiones en cómo pensamos y sentimos. Es importante tener en cuenta esta interacción en cualquier forma de regular nuestras emociones.

Un ejemplo claro de esta relación se da entre emociones negativas y los pensamientos que las generan. Por ejemplo, la ira puede surgir a partir de pensamientos como "alguien me está tratando injustamente" o "alguien se está aprovechando de mí". Mientras que el miedo puede ser alimentado por pensamientos como "hay un peligro que me amenaza" o "mi vida o la de mis seres queridos está en peligro".

Por lo tanto, para gestionar adecuadamente nuestras emociones negativas, es crucial reflexionar y cambiar nuestros pensamientos. Debemos cuestionar si nuestra interpretación de los hechos es accurata y si esos pensamientos negativos y sesgados son adecuados. Una vez que somos capaces de revisar y cambiar nuestros pensamientos, nuestras emociones también cambian.

Por esta razón, uno de los procesos más comunes en una terapia es la revisión de nuestros pensamientos que están detrás de nuestras emociones. Muchos de estos pensamientos resultan ser erróneos o ideas irracionales que consideramos ciertas sin serlo realmente. Los psicólogos utilizan métodos y técnicas para ayudarnos a identificar y modificar estos patrones de pensamientos negativos y reemplazarlos por otros más saludables.

Inteligencia emocional

El concepto de inteligencia emocional fue creado por el psicólogo estadounidense Daniel Goleman en 1995. Según él, el éxito de una persona no se basa únicamente en su coeficiente intelectual o su educación universitaria, sino también en su inteligencia emocional. Esto significa que no podemos confiar solamente en nuestra inteligencia para ser felices o ser valorados en el trabajo.

Hablar de inteligencia emocional implica hablar de la habilidad de una persona para reconocer y manejar sus propias emociones de manera adecuada. Este don es muy beneficioso para aquellos que lo poseen, ya que les permite comprender y controlar sus impulsos, mejorando así sus relaciones interpersonales.

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Anatomía de las emociones Explorando el estado de ánimo

Cuando se habla de estado de ánimo, se hace referencia a un estado emocional que se mantiene durante un período de tiempo determinado.

Tener un estado de ánimo positivo o negativo es lo mismo que estar de "buen humor" o de "mal humor". Esto se puede identificar al observar y analizar detenidamente la conducta observable de cualquier persona.

Existen una serie de indicadores que pueden ayudarnos a determinar qué tipo de emociones predominan en una persona. La expresión facial, el tono de voz, el volumen, los movimientos de sus manos, etc., son aspectos que deben ser tomados en cuenta.

Resumen del Recurso

La Dra. Marian Rojas Estapé afirma que la felicidad no depende de los eventos que nos ocurren, sino de cómo los interpretamos. Es decir, es una cuestión de perspectiva.

Además, según el Dr. Daniel G. Amén, el cerebro juega un papel fundamental en nuestra felicidad. Es el centro desde donde se regulan nuestras emociones, pensamientos y acciones.

De hecho, el buen funcionamiento del cerebro es esencial para garantizar una vida larga y feliz. Por el contrario, el sufrimiento emocional puede tener un impacto negativo en nuestros genes, deteriorando los telómeros que protegen los cromosomas.

No obstante, también hay buenas noticias. Nuestras propias experiencias y acciones pueden influir en la salud de nuestro cerebro y, por tanto, en nuestra felicidad en el largo plazo. Cuidar nuestra mente y gestionar adecuadamente nuestras emociones es fundamental para alcanzar un estado de bienestar duradero.

Cómo tenemos emociones

Nuestro sistema de análisis automático determina si algo es beneficioso o perjudicial para nosotros, lo que nos lleva a experimentar emociones positivas, neutrales o negativas. Esta evaluación inicial se realiza de manera veloz y general.

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