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Blog Cómo tener paciencia con una madre anciana y mejorar vuestra relación

Cuando asumimos el rol de cuidadores de nuestros progenitores ancianos, es inevitable encontrarnos en situaciones estresantes y desafiantes. El cuidado de un familiar cercano suele requerir una gran dosis de paciencia y comprensión, especialmente en el caso de personas mayores que pueden padecer trastornos cognitivos y de memoria. A pesar de estar conscientes de estas dificultades, es común que nos veamos agotados por la atención que demanda nuestra madre anciana, incluso más de lo que estamos dispuestos a admitir. Si te encuentras en esta situación, no te preocupes, sigue leyendo para descubrir algunas técnicas efectivas para manejar la situación de manera eficiente.

Las razones detrás de mi mal comportamiento hacia mi madre

¿Qué provoca el rechazo a la madre?

Existen diversas causas que pueden generar un sentimiento de rechazo hacia la figura materna, y una de ellas puede ser la consecuencia de los celos. Algunos hijos pueden experimentar la sensación de no haber recibido la misma atención que sus hermanos, lo cual puede desencadenar en sentimientos de ira y desdén hacia su madre.

Es importante analizar estas emociones y encontrar formas de manejarlas de manera más positiva y constructiva. De esta manera, se puede evitar dañar la relación madre-hijo y trabajar en una relación más sana y equilibrada.

¿Cuál es la causa del rechazo a la figura materna?

Según estudios realizados, una de las causas más comunes del rechazo a la figura materna es la presencia de celos. Esto sucede cuando los hijos sienten que no han recibido la misma atención que sus hermanos, lo cual puede provocar sentimientos negativos hacia su madre.

Para evitar que estos sentimientos dañen la relación madre-hijo, es importante reconocer y comprender estas emociones y buscar formas saludables de enfrentarlas y canalizarlas de manera positiva y constructiva. Así se puede construir una relación más armoniosa y amorosa entre la madre y el hijo.

Pasar tiempo juntas

Fortalecer el vínculo y aumentar la confianza en una relación puede ser posible a través de la búsqueda de actividades mutuamente agradables. Una opción podría ser leer el mismo libro y discutirlo, establecer una tradición de ver una película los jueves, o planear unas mini vacaciones o un retiro juntos. Estas actividades pueden ser una forma efectiva de construir una conexión positiva entre dos personas.

En casos en los que sea difícil encontrar intereses en común, también puede ser beneficioso explorar nuevas aficiones juntos. Por ejemplo, asistir a un curso de cocina hindú o aprender un idioma pueden brindar la oportunidad de crear experiencias divertidas y enriquecedoras, así como también construir nuevos y felices recuerdos en pareja.

Aceptar

El poder sanador de aceptar todo lo recibido de nuestros padres

En su libro ¿Dónde están las monedas?, el psicólogo y terapeuta Joan Garriga explica cómo aceptar todo lo que hemos recibido de nuestros padres, tanto lo positivo como lo negativo, nos permite sanar y abrirnos a la vida. Rechazar o luchar contra ello, por el contrario, nos debilita.

La imperfección de los padres, la clave para estar en paz

Garriga sostiene que nuestros padres, especialmente nuestra madre, son seres reales y no perfectos. Y esto es suficiente. Aquellos que persiguen la perfección, como sugiere esta fábula del fundador del Institut Gestalt de Barcelona, terminan solos y, vale decir, sin aceptarse a sí mismos, ya que también son imperfectos. Sin embargo, cuando dejamos de defendernos y abrimos nuestro corazón, podemos atravesar el dolor y encontrar amor y ternura hacia nuestros padres.

El camino hacia la reconciliación

Aunque muchos a menudo se resisten a aceptar los errores y limitaciones de sus padres, es cuando dejan de luchar y aceptan la realidad cuando pueden encontrar la paz interior. Al renunciar a la exigencia de perfección y comprender que todos somos seres imperfectos, podemos avanzar hacia la reconciliación con nuestras familias y, finalmente, con nosotros mismos. La clave está en dejar atrás los argumentos defensivos y permitirnos sentir el dolor por lo que pudo haber sido diferente. Solo así podremos encontrar amor y compasión hacia nuestros padres y hacia nosotros mismos.

Consejos para mantener la calma con mi madre mayor

Comprender las limitaciones propias de la edad es vital para tener paciencia y cuidar adecuadamente a una madre mayor. Sabiendo que sus capacidades físicas y mentales pueden verse afectadas, es fundamental actuar con empatía y estar dispuestos a ayudar en todo lo que sea necesario. No debemos juzgar sino proporcionar estímulos para su cerebro, permitiéndoles seguir aprendiendo y fomentar su autonomía, lo cual contribuirá a mantener una buena calidad de vida.

Potenciando la perseverancia en el cuidado de tu madre de edad avanzada

En lugar de sentirse abrumado y estresado en el cuidado de una madre anciana, es fundamental recordar que ella necesita paciencia y apoyo en esta etapa de la vida. Para mejorar la paciencia, es esencial establecer una rutina diaria que permita el cuidado personal, la atención médica y la relajación. También es vital tener un plan de cuidado personalizado y adaptado a sus necesidades específicas. Además, es necesario tener una buena comunicación con los profesionales de la salud para recibir orientación y apoyo especializado.

De igual manera, en el día a día de cuidar a un adulto mayor, puede ser difícil mantener la paciencia en todo momento. Por ello, es beneficioso practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda. Asimismo, es importante establecer una rutina que permita equilibrar el cuidado del adulto mayor y el tiempo personal, lo cual ayuda a evitar el agotamiento y el estrés. Por último, es fundamental tener en cuenta que cada pequeño logro es motivo de celebración y mantener una actitud positiva puede ayudar en el proceso de cuidado.

Las razones detrás del comportamiento molesto de los adultos mayores

Es indudable que la incapacidad de las personas mayores para valerse por sí mismas, así como el deterioro cognitivo y el estado de ánimo de los adultos mayores, son factores determinantes en su comportamiento difícil. Con frecuencia, estos comportamientos pueden ser comparables a los de un niño pequeño, impulsados por la impaciencia y los caprichos. Además, lidiar con personas mayores complicadas se vuelve aún más desafiante debido a su edad, ya que en muchos casos rechazan modificaciones en sus hábitos de conducta.

Por otra parte, es común que los ancianos con mal carácter se sientan desconectados de la realidad diaria y presenten fuertes resistencias al cambio. Esta desconexión los lleva a mostrar un rechazo constante hacia las situaciones que les resultan desconocidas o incómodas, lo que puede convertirse en una fuente continua de conflicto.

Familia y bienestar

, según un estudio conjunto de la Universidad de California y de la Universidad de Stanford publicado en el Journal of Neuroscience en 2016. Esto demostró que el vínculo entre una madre y su hija es el más profundo que existe. Sus conexiones neuronales son únicas y trascienden cualquier otro vínculo familiar.

Esta estrecha relación, sin embargo, también puede ser motivo de complejidad y sensibilidad para ambas partes. Una abogada barcelonesa de 47 años llamada Mar lo sintió de primera mano: "Por más que lo intente, no lo consigo, y me resulta difícil entenderlo. A pesar de ser una mujer adulta y manejar mi hogar y carrera sin problemas, cuando estoy con mi madre durante más de veinticuatro horas, de repente me veo discutiendo con ella como si tuviera quince años. Parece que siempre retrocedo en el tiempo".

Reconocer

El mayor miedo de una madre:

La preocupación más grande de una madre es no haber cumplido con su papel correctamente. A menudo recordamos momentos difíciles que vivimos con nuestras madres, pero olvidamos aquellos en los que nos miraron, cuidaron, alimentaron, amaron, nos abrazaron y nos escucharon. Criar a un hijo requiere una gran cantidad de energía. Por eso es importante valorar esos momentos y apreciar el regalo de la vida que recibimos de nuestras madres. Esto nos ayudará a mantener una relación más amorosa y satisfactoria con ellas.

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